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Introducción a la arquitectura de la información

¿Qué es la arquitectura de la información? ¿Es exclusiva de la web? ¿Cuáles son los patrones habituales y cómo afectan a interfaces gráficas y de voz?
Introducción a la arquitectura de la información

La arquitectura de la información (AI¹) es junto con el diseño visual, una de las áreas más importantes y más influyentes en la percepción de usabilidad de un sistema.

La arquitectura de la información tiene como objetivo:

Organizar de forma lógica el contenido de un producto digital para que el usuario localice fácilmente lo que busca. - UNIR

Y así poder realizar las tareas que necesita de forma eficiente, eficaz y satisfactoria.

Es una disciplina que surge del área de las ciencias de la documentación y que establece procesos para la planificación y organización de la información.

Estos procesos no afectan solamente a la interfaz sino también a la forma en la que tenemos de almacenar los datos, de interactuar con ellos, de visualizarlos y de procesarlos.

El diseño de contenidos, la visualización de información y el diseño de servicios que gestionan datos complejos dependen de una buena arquitectura de la información.

Peter Morville, en su libro Information Architecture for the World Wide Web, define la arquitectura de la información como (la traducción es mía):

  1. Una combinación de organización, etiquetado, y esquemas de navegación dentro de un sistema de información.
  2. El diseño estructural de un espacio de información para facilitar la completitud de las tareas y acceso intuitivo al contenido.
  3. El arte y la ciencia de la clasificación y estructura de webs e intranets para ayudar a la gente a encontrar y gestionar información.
  4. Una disciplina emergente y una práctica comunitaria focalizada en combinar los principios del diseño y la arquitectura en el espacio digital.

A medida que la tecnología ha ido evolucionando, la arquitectura de la información tal y como la conocimos en sus inicios ha cambiado mucho. Las webs no son sólo páginas, los sistemas operativos no están organizados en base a ficheros únicamente, y los servicios de información automática son cada vez más autónomos, generativos, interactivos y abstractos.

Esto no significa que no podamos aplicar muchos de los fundamentos de la arquitectura de información clásica ya que gran parte de éstos no se basan en la tecnología subyacente sino en cómo las personas buscan, navegan y esperan encontrar la información.

¿Es la arquitectura de la información algo exclusivo de la web?

The Elements of User Experience by Jesse James Garrett | User ...
Los 5 elementos de la Experiencia de Usuario por Jesse James Garret

Según el esquema de Jesse James Garret, en The Elements of User Experience, podríamos posicionar a la arquitectura de la información en un plano estructural paralelo al diseño de interacción. Es decir, la arquitectura de la información es a la web lo que la interacción a una interfaz de usuario.

Por lo tanto, gracias a este esquema podemos entender que los elementos de navegación (ya sean páginas, secciones, vistas, componentes, etc.) van ligados a la forma en la que las personas interactúan con la arquitectura y que esto no es algo exclusivo de la web sino de cualquier sistema de información digital ya esté orientada a la tarea u orientada al contenido.

Elementos universales de la arquitectura de la información

Para definir la arquitectura de la información de un producto y así facilitar el entendimiento y localización de la información a las personas usuarias, debemos entender su diseño desde diferentes elementos clave.

Estos son aplicables a prácticamente cualquier tecnología que usemos para el almacenamiento y extracción de conocimiento.

Organizar la información

Es el punto de partida. La forma en cómo organicemos la información será clave para el usuario, ya que si hay una categorización clara y lógica funcionará como guía. Las personas podrán predecir dónde encontrar la información gracias a su presentación. Dependiendo de cada producto digital, puede hacerse de forma:

  • Alfabética. Lo encontramos en catálogos de contenidos muy extensos como los organizados por marcas en un comercio electrónico.
  • Cronológica. Aquellos donde la recencia del contenido es lo que más valor tiene, como en las historias de redes sociales o en las newsletter donde lo último que sucede es lo más relevante.
  • Geográfica. Son contenidos que han de visualizarse en un mapa para ser comprendidos en su contexto como la información meteorológica o la ubicación de un lugar.
  • Temática. Contenidos donde existe categorías más o menos estándares y conocidas como los géneros de películas, literarios, o noticias de interés.
  • Tipo de tarea. Contenidos donde se dirige la información según la actividad que va a realizarse, como el caso de Common Voice que distingue entre 'hablar' y 'escuchar' muestras de voz
  • Tipo de audiencia. Contenidos que son de interés sólo para una audiencia determinada como puede ser el caso de una web de empleo dirigida a gente que busca y ofrece trabajo.
  • Metafórica. Muy habituales en sistemas operativos que representan con metáforas la estructura interna de la información, por ejemplo, siguiendo el concepto de escritorio, archivos, directorios, papelera, etc.
  • Personalizada. Cuando los contenidos están organizados según el interés de la persona o la actividad que esté haciendo. Muy habitual en redes sociales y sistemas de recomendación automáticos.

La forma de organizar la información puede ser visible o transparente dependiendo del modo de interacción. Por ejemplo, si interactuamos mediante una interfaz gráfica, hacer visible la estructura mediante menús, secciones, etiquetas, etc. facilitará conocer y predecir qué contenidos podría ofrecer cada apartado antes incluso de interactuar con el mismo.

Sin embargo, la taxonomía interna que relacione los contenidos para que estos puedan surgir de una conversación verbal a través de una interfaz conversacional pueden no ser visible u obvia en todo momento.

Si interactuamos por voz, la conversación podrá sugerirnos palabras clave que nos ayuden a descubrir los contenidos o temas de conversación que puedan guiar esa exploración, pero está limitada la cantidad de información perceptible para la persona.

Patrones de navegación

Los patrones de navegación agrupan y ordenan el contenido a través de categorías. Esto posibilita orientarnos, facilitar la navegación e identificar la relación entre diferentes contenidos.

Hay que tener en cuenta que no todos los usuarios navegan por una web siguiendo un mismo proceso. Un buen sistema de navegación permitirá hacerlo a todos independientemente de sus objetivos.

En el caso de las interfaces, existe la posibilidad de diseñar una interacción multimodal, es decir, que nos permita navegar la información con distintos modos (voz, gráfica, gestual...) de forma alternativa y adaptada a nuestras necesidades.

A los patrones de navegación en interfaces gráficas, de voz y multimodales le dedicaremos una sección más completa en el futuro.

Patrones de búsqueda

Se usan para encontrar información a partir de una necesidad concreta. Pueden ser reactivos o proactivos o una mezcla de ambos.

Los patrones de búsqueda son, desde mi punto de vista, los que más han cambiado en los últimos años gracias a la evolución de la tecnología.

Los avances en lenguaje natural han facilitado la interacción verbal para localizar información rápidamente de una manera más ajustada al modelo mental y capacidades expresivas de cada una de las personas usuarias. Esto, ha demostrado que el acceso a una información concreta es más rápido y eficiente y ha transformado la manera en la que los buscadores clásicos como Google, Bing o DuckDuckGo se presentan.

A los patrones de búsqueda también le dedicaremos más detalle y atención en futuros artículos.

Etiquetado y diseño de contenidos

El etiquetado y diseño de los contenidos contribuye a identificar el contenido tras un elemento interactivo o en una pieza visual. Son los elementos del sistema de navegación (enlaces, títulos, nombres de cada sección, términos de indización…).

Las etiquetas pueden ser textuales o icónicas y estas últimas siempre deberían ir acompañadas de las primeras; es decir, una imagen necesariamente llevará también texto para facilitar su identificación. A no ser que el icono sea lo suficientemente representativo y reconocible que no deje lugar a dudas.

Al diseño de contenidos también le dedicaremos su correspondiente espacio en esta web.


Garbage in, Garbage Out

Uno de los principios que siempre me gusta usar como ejemplo para entender la importancia de una buena arquitectura de la información y hasta dónde llega su alcance es el de Garbage in, Garbage out, algo así como 'basura que entra, basura que sale'.

Viene de la informática, en concreto de la estadística, pero es aplicable perfectamente a las interfaces: si los datos de entrada que pedimos a la gente, e incluso los que consumimos mediante APIs u otros métodos automáticos, no son buenos, no seremos capaces de almacenar esos datos de forma que sean procesables, indexables, encontrables y formateables a la hora de pintarlos o mostrarlos de vuelta. 

Esto es una responsabilidad tanto de diseño como de desarrollo del frontend y del backend. La diferencia es que en el diseño es donde nos damos cuenta de cómo se espera que sean adquiridos esos datos de entrada y visualizados a la salida.

Hay que adelantarse a eso lo máximo posible para identificar la normalización de la información, sabiendo que existen tipos de datos que se repiten como:

  • Fechas e internacionalización,
  • datos numéricos y su representación categórica: precios, velocidad, cantidad…
  • nombres propios,
  • direcciones postales,
  • números especiales (teléfonos, tarjetas de crédito…),
  • Etcétera.

Reducir la posibilidad de errores en la obtención de estos datos facilita luego su organización, navegación y búsqueda.


¹ No confundir con las siglas AI de Artificial Intelligence (Inteligencia Artificial) en inglés.